Un robo cometido en el microcentro neuquino permitió descubrir una estructura delictiva que utilizaba inhibidores para acceder a vehículos y realizar luego una estafa digital millonaria.
Todo comenzó cuando una persona estacionó su auto en la zona bancaria y, al volver, advirtió la falta de un bolso, papeles personales y teléfonos asociados a sus cuentas bancarias. Como no había daños visibles, los investigadores rápidamente orientaron la hipótesis hacia el uso de un inhibidor de cierre.
La Comisaría N.º 1 derivó la denuncia al Departamento Delitos Económicos. La revisión de las cámaras permitió observar a un hombre abriendo el vehículo con un dispositivo electrónico y retirándose en un Onix gris.
A partir de esa pista, se identificó la patente y se recolectaron informes de comunicaciones y movimientos financieros que respaldaron la sospecha de una estafa superior a cinco millones de pesos. Con esos datos, la Fiscalía de Delitos Económicos autorizó allanamientos simultáneos en el sector oeste.
En los procedimientos se incautaron el vehículo, el bolso robado, varios teléfonos y documentación vinculada a la maniobra. Dos personas fueron demoradas y quedaron bajo investigación.