Con la llegada de la primavera se puso en marcha en el norte neuquino la parición de ganado menor, etapa clave para los crianceros locales.
Las familias rurales trabajan intensamente para acompañar el nacimiento de corderos y chivitos, que representan su principal sustento.
Los crianceros deben garantizar alimento y cuidado a las crías en un ambiente natural que impone condiciones demandantes.
Más que un hecho productivo, la parición es también una tradición cultural que refleja el vínculo histórico entre la tierra y las comunidades que habitan la región.