La gastronomía atraviesa meses complejos, con una baja de entre 20% y 30% en ventas que golpea con más fuerza en los centros turísticos.
El cambio de hábito es claro: los clientes buscan precios más accesibles y eso impulsó a pizzerías, bodegones y delivery. Los pedidos de empanadas y pastas ganaron terreno frente a las carnes, hoy con menor presencia en el consumo cotidiano.
El fenómeno se tradujo en nuevas aperturas. Solo en 2025 se concretaron unas 100 franquicias, el doble que el año pasado. Las cadenas de pizzas, empanadas y panaderías crecieron cuatro veces más que otros rubros, con marcas como Central de Pizzas, Olivia y Big Pizza a la cabeza.
La expansión no se limita a los barrios populares. También en zonas de mayor poder adquisitivo, las pizzerías económicas y panaderías se afianzaron como parte del día a día, marcando un cambio en las costumbres de consumo.