A pesar de la gran cantidad de ventas que generó el “dólar soja” a $200, resurgió la tensión entre el campo y el Gobierno nacional luego de que el Banco Central fijara este jueves un aumento de la tasa de interés para los préstamos bancarios de aquellos productores de soja que no hayan liquidado el 95% de la cosecha, como una forma de presionar a que se acelere aún más la comercialización de la oleaginosa.
En declaraciones radiales, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, rechazó la medida y consideró que hubo una buena predisposición por parte de los agricultores ante el nuevo tipo de cambio a $200, que solo por septiembre mejoró alrededor de un 40% el valor en pesos de la oleaginosa.
“Uno quiere tomar créditos para crecer en volumen de trabajo. Me sale a apriete. Ante la decisión que tomó el Gobierno de hacer esto con la soja, durante el mes de septiembre la reacción de los productores fue vender casi 4 millones de toneladas (cifra hasta el jueves). Que en el medio de eso salgan a decir que esto no alcanza, es algo extorsivo”, consideró el líder de la SRA, que integra la mesa de enlace junto a la Federación Agraria Argentina (FAA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Coninagro.
El presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, consideró: “Necesitamos políticas diferentes a las actuales. Baja de tasas, no subas. Porque así vamos camino a una estanflación. Hay que animarse a bajar impuestos, porque es la manera de reducir la inflación y que se produzca más. Hay que apostar a eso. Lo digo con énfasis porque es de sentido común, hay que animarse. Debemos transmitirle ese ánimo y esa fuerza al ministro de Economía para que se anime”.
“Es una tasa impagable y totalmente negativa”, dijo el presidente de CRA, Jorge Chemes. A su vez, enfatizó: “Si el Gobierno busca incentivar al productor para que venda, con esto no se logra. Es contradictorio, no ayuda para nada a lo que se está buscando. Son medidas que no generan la confianza que se necesita”.
En ese sentido, los ruralistas alertaron que los productores pueden molestarse y rechazar el “dólar-soja” a $200, que hasta ahora ha tenido alta aceptación. “Es un contrasentido ridículo, un mamarracho desastroso del Banco Central”, evaluó Carlos Achetoni, titular de la Federación Agraria.
En tanto, Pino definió como “una provocación” a la actitud del Gobierno. “Te obligo a vender si querés ser sujeto factible de crédito. Es un atropello. Hablé ayer con el secretario de Agricultura (Juan José Bahillo) y me dijo que se iba a comunicar con el ministro de Economía (Sergio Massa)”.
Iannizzotto dijo que desde Coninagro pedirán una nueva audiencia con Massa, quien días atrás visitó repentinamente a esa entidad, durante una reunión de sus directivos. “Esperamos que entienda que los productores, las economías regionales, necesitamos un dólar competitivo pero no con devaluación, sino con baja de impuestos y menores tasas de interés”.
Pino calificó de “disparate” a la resolución. “Si te quedaste con soja, las tasas que vas a pagar son el 20% más de lo que pagaría cualquiera. Lo que no toman en cuenta los funcionarios es que hay muchos productores que hacen soja y después la usan para su consumo”.
Si bien Iannizzotto aclaró que entiende el grado de “urgencia” por conseguir divisas, reclamó que el Gobierno “se ponga del lado de las más de 100 producciones”, independientemente de este beneficio temporal para la soja. “Porque se focaliza en la soja, porque es lo que les interesa por su problema de caja, en vez de mirar al sistema agroalimentario argentino para producir de manera sustentable y saludable”, evaluó.
“Todos estos parches van produciendo efectos colaterales con diverso tipo de impacto, que por ahora no podemos evaluar las consecuencias. Sirve todo lo que son políticas, pero los que son parches son circunstanciales y producen injusticias. Hay que trabajar para adelante, más allá de la coyuntura”, aseveró el dirigente cooperativo.
“Durante 3 años hicieron una política de intervencionismo, con más impuestos y suba de tasas, y el resultado es que hay inflación, no se llega a fin de mes, no hay dólares y todos los índices dan negativo. Es la hora de hacer algo distinto”, argumentó.