Europa vivió anoche alrededor de seis horas en vilo a raíz del incendio, finalmente extinguido, de la central nuclear de Zaporiyia, en el sudeste de Ucrania y la más grande del continente, causado por un bombardeo de las tropas rusas, que demoraron en autorizar el acceso de los bomberos.
Los proyectiles rusos impactaron en las primeras horas del viernes en las instalaciones de la planta nuclear ubicada unos 150 kilómetros al norte de la península de Crimea, desatando un incendio en un edificio y un laboratorio.
Tras unas horas de alarma, en las que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski alertó de un posible desastre «diez veces más grande que Chernóbil», en referencia al catastrófico accidente nuclear de 1986 en ese país, los servicios de socorro pudieron extinguir las llamas, según las autoridades de Kiev.
Zelensky, cifró las pérdidas rusas en cerca de 9000 soldados y ya son más de un millón los civiles que huyeron de Ucrania.