La producción petrolera nacional marcó en octubre un nuevo máximo histórico, al alcanzar los 859.500 barriles por día, impulsada por el crecimiento del desarrollo no convencional en Vaca Muerta, que volvió a sostener la expansión del sector.
Los datos oficiales muestran que la energía se consolida como pilar del superávit comercial: el 89% del saldo positivo acumulado hasta octubre provino del rubro, favorecido por un incremento de las exportaciones y una mayor disponibilidad de dólares, factores que aportaron calma cambiaria.
Vaca Muerta reforzó su rol como centro exportador clave, mientras las petroleras registraron nuevas colocaciones de deuda en los mercados, lo que contribuyó a reducir tensiones financieras durante octubre y noviembre.
Simultáneamente avanza el proyecto VMOS (Vaca Muerta Oil Sur), la infraestructura que permitirá transportar volúmenes crecientes de crudo hacia puertos y refinerías. Su puesta en marcha, en etapas hasta 2027, apunta a destrabar las limitaciones actuales y expandir el margen exportador.
Aunque el sector atraviesa un momento robusto, las empresas proyectan una desaceleración de inversiones para 2026, atentas a la volatilidad del precio internacional del petróleo y a las condiciones de financiamiento. Sin embargo, analistas coinciden en que la mayor capacidad logística y la competitividad del shale sostendrán un nivel de producción elevado en los próximos años.