La ciudad se prepara para un nuevo operativo de compactación de vehículos abandonados en la vía pública y en los depósitos municipales. El proceso ya comenzó con la publicación de edictos legales, paso previo a la llegada, en octubre, de la potente máquina que reducirá los autos y motos a cubos de metal.
Además de los vehículos, también se destruirán cientos de caños de escape ilegales secuestrados en distintos operativos de tránsito.
La última intervención de esta magnitud fue en noviembre de 2024, cuando se procesaron más de 117 toneladas de chatarra, generando ingresos por casi $5 millones para el municipio.
“El municipio gana dinero porque cobra por tonelada de rezago metálico”, explicó el subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio, quien remarcó que todos los vehículos son dados de baja en el Registro del Automotor antes de su destrucción.
Según detalló el funcionario, los rodados que llegan al playón municipal fueron retirados por abandono o tras haber sido secuestrados en el marco de causas judiciales. Pasados seis meses sin ser reclamados, y luego de intentar contactar al titular registral, el municipio publica un edicto como última instancia. Si nadie los reclama, pasan a ser propiedad municipal y se autoriza su compactación.