Un trabajador rural fue encontrado muerto en una chacra de la empresa Tres Ases, ubicada en la localidad de Allen, Río Negro. El hombre, identificado como Ortiz, provenía de la provincia del Chaco y habría sufrido graves problemas de salud sin recibir asistencia adecuada.
Organizaciones sociales y gremiales denunciaron abandono por parte de la empresa y exigieron medidas inmediatas para garantizar condiciones dignas de trabajo en el sector frutícola de la región.
Cuestionamientos al control estatal
El caso reavivó las críticas hacia el gobierno de Río Negro, que recientemente había informado el ingreso de 11.000 trabajadores golondrinas bajo «estrictos controles». Activistas señalaron que estas regulaciones no protegen a los peones rurales, beneficiando a las empresas frutícolas a costa de la salud y seguridad de los trabajadores.
El hecho se suma a un historial de denuncias de precarización y desprotección en el ámbito rural rionegrino. Referentes sindicales recordaron los casos de Daniel Solano y Esteban Machuca, trabajadores rurales desaparecidos en circunstancias que aún generan controversia. «El gobierno no solo no hizo nada, sino que encubrió a las patronales responsables», acusaron desde agrupaciones obreras.
Reclamo por control y organización independiente
Sectores críticos demandan la creación de comisiones obreras independientes para monitorear las condiciones de trabajo en las chacras y responsabilizan tanto al gobierno como a la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) por la falta de respuestas.
«Es necesario que los trabajadores se organicen de manera autónoma para defender sus vidas y condiciones laborales. Ni el gobierno ni los sindicatos oficialistas actuarán en su beneficio», concluyeron.
El caso pone en evidencia la urgente necesidad de una revisión profunda de las políticas laborales en el sector rural, así como de la implementación de mecanismos efectivos de control.